En el año 2007 tuve la oportunidad de vivir parcialmente durante cinco meses en Sherkin, una pequeña isla de 90 habitantes en West Cork, Irlanda. Allí desarrollé un trabajo en conjunto con algunos de sus habitantes.
El protagonista es Barry, un joven pescador muy querido en la isla que murió de manera prematura en el año 2002. Desde el día de su muerte, su furgoneta permaneció estacionada en el sitio donde él la dejó, con sus utensilios de pesca dentro, su taza de café y las llaves puestas.
Por esa época era muy común encontrarse por la isla varios coches en estado de abandono, situación que según me explicaron era reciente y producto de la bonanza económica que vivía el país. En muchos casos era más rentable comprar un coche nuevo antes que transportarlo fuera de la isla para su reparación.
Durante los últimos años, la familia de Barry y la comunidad en general habían impedido que la furgoneta fuese retirada, siendo así el coche abandonado más antiguo de Sherkin. Esa repentina pérdida de funcionalidad y el valor especial que los habitantes de la isla le dieron al vehículo, llevó a hacer de él un espontáneo monumento local muy importante. Dos o tres meses después de haber llegado a la isla, me enteré que finalmente se había decidido que la furgoneta fuese llevada al desguace debido a su alto grado de deterioro.
La familia de Barry, al saber mi interés en el vehículo, me preguntó si querría hacer algo especial con él antes de su destrucción.
Lo que les propuse fue organizar un equipo de trabajo que incluía básicamente amigos y familiares de Barry en donde cada uno aportaría algo: el hermano ayudó con un pequeño ferry de carga, un amigo puso una grúa, otro amigo un taller mecánico y varios colaboraron documentando con sus cámaras de vídeo. Con ellos, y con esos medios, organizamos el desplazamiento de la furgoneta hasta el taller mecánico que se encontraba en Skibbereen.
Durante un mes se reparó de manera básica el motor, se reconstruyó el chasis, se le colocaron frenos nuevos y se le cambiaron las ruedas para poder echarla a andar y volver sin necesidad de ser remolcada hasta el lugar donde estuvo estacionada durante los últimos cinco años. Pocos días después la furgoneta fue retirada y llevada al desguace.
De todo esto quedó un storyboard y un vídeo documental.
DVD 13”33’, storyboard (7 páginas, 21 x 29.5 cm)
y documentación diversa.
Producido por WCAC en Skibbereen, West Cork, Irlanda.